Aquel Primero de Abril, 69 años después
Escribo esto en castellano con la intención de que un mayor número de personas, espero que todos los lectores y lectoras de este blog, lo entiendan sin exponerme la excusa de “como está en catalán no lo entiendo”.
Como es sabido por todos, tal día como hoy hace casi setenta años, un golpe militar fracasado, promovido por un grupo de militares insatisfechos y con el apoyo de los grupos más rancios, extremistas y totalitarios de la sociedad española; había derivado en una guerra civil cuya victoria fue conseguida gracias a que nazis y fascistas aportaron métodos, armas, recursos y hombres por el hecho de que necesitaban un laboratorio para probar su moderno arsenal militar en vísperas de la Segunda Guerra Mundial.
Se consumaba así la muerte de la voluntad de los españoles, ahogada por los brutales totalitarismos, con el lamentable beneplácito de las democracias occidentales.
Los brutales métodos de represión fascista empezaron en España tres años antes, pero el final de la guerra, tal día como hoy, significó el inicio de una represión institucionalizada muy eficaz, llevada a cabo por el aparato del nuevo estado. Este sistema de represión contó con un preciso sistema de delación siendo el español el único fascismo en que esto se institucionaliza. Así, no es en vano que en ese año aumenten en España un setenta por ciento los suicidios.
Como siempre, el baile de cifras es bastante importante, hecho conseguido por el régimen ya que en los registros no se especificaba la causa de la muerte como “fusilado” sino que esta se substituía por una más ambigua, “hemorragia cerebral masiva” que, aunque fuera por una bala, se supone que eso eran detalles sin importancia.
Poca broma en ese aspecto pues se contabiliza la no despreciable cifra de 75.000 individuos ajusticiados, solo contando la mitad de las provincias del estado (entre las que no están las más “rojas” como Madrid o Asturias, donde se suponen unas mayores represalias) y los registrados como “fusilados” (por lo arriba mencionado).
Añadiéndole a esto una cantidad igual, siendo generosos, en la otra mitad de las provincias, se llega a la cifra de 300.000, estando todos ellos registrados.
Por otra parte, teniendo en cuenta en la provincia de Huelva la cantidad de no registrados se estima que, para el total estatal, se llega a 150.000 no registrados.
En conclusión, entre los registrados y los no registrados de todas las provincias de España hacen la cifra de medio millón de personas. Aunque algunos hoy en día aún lo intenten desmentir.
Aparte de esto, se contabilizaron 250.000 recluidos en campos de concentración al igual que 325.000 depurados de sus oficios (profesores, médicos…).
Así, haciendo estudios comparados, por cada fusilado en la Italia de Mussolini en España se fusiló a, nada menos que a, mil.
Un detalle curioso es que el nuevo régimen aplicó una jurisdicción retroactiva en que se hace delito el “auxilio a la rebelión”, ¡Cuando lo que en realidad hacían era luchar contra la rebelión! (y contra la represión).
Si una cosa estaba clara esta era que el límite de la represión era la economía, pues era un inconveniente cargarse a todos los obreros.
Se trataba de hacer eugenesia positiva, pues la eugenesia estaba prohibida por la Iglesia, para fundar una nueva España. Esta misión la encargaron al incalificable Vallejo Nágera, psiquiatra militar formado en la Alemania Nazi, que tenía la misión de explicar porque la raza española había producido tal degeneración, intentando explicar la disidencia política en términos patológicos, esto es, “si no estás conmigo, estás loco”.
Y es que la raza española, a falta de encontrar un fenotipo característico (inexistente) era, para Vallejo, “un sentimiento espiritual diferenciado” demostrando (o creyéndolo si llegaba el a eso) que la fealdad “estimulaba las reacciones psíquicas de la horda”. Me hace una especial gracia que este “doctor” ejemplificara esto con la figura de Manuel Azaña (el feo), comparándolo con la sonrisa del caudillo “que estimula el bien”.
Esto, “la relación morfológica entre fealdad, inferioridad y maldad del adversario”, se unía a otras conclusiones derivadas de un estudio (cuyas síntesis ya habían sido publicadas de antemano) como “la inferioridad mental de los partidarios de la igualdad y la democracia”, la “perversidad de la democracia que estimula a los fracasados sociales”, entre otras.
Como se ha dicho, el gabinete del señor Vallejo, “estudió” a las presas políticas de la cárcel de Málaga llegando a la conclusión de que la mujer es más propensa al resentimiento, la envidia y el odio, todos estos sentimientos liberados por, siempre según Vallejo Nágera, la libertad de la república. En este mismo sentido, afirmaba su convencimiento de que “las rojas eran degeneradas, feas, bajas (…) y sexualmente más activas de lo habitual”.
Sorprendentemente, el estudio que se hizo sobre estas mujeres revelaba una capacidad económica, intelectual e instructiva superior a la media, con una amplia profesionalización aunque, como era de esperar, todo esto fue tergiversado en el comentario. En este sentido, en la prisión de Les Corts en Barcelona, aparte de no dejarles hablar en catalán y otras lindezas, las monjas las dividieron en estudiantes y obreras, impidiendo a las segundas la lectura porque era, según las religiosas, “un pecado de soberbia querer leer”.
Con todo, trataba de lograr una eugenesia positiva por el bien de la raza, esto debía conseguirse con la muerte, la expiación total y la segregación, produciéndose en España 50.000 niños perdidos, separados de sus madres en el contexto de esa industria carcelaria que creó el régimen. Esto se asemeja mucho al caso de Argentina, aunque entre estos dos casos reside una, tan solo una, diferencia: Allí los secuestros no estaban institucionalizados (permitidos legalmente), aquí si.
Por otra parte, buscando un sujeto de culpabilidad histórica el autor lo busca ya en la falsa conversión judía (el converso extendió la disgregación entre clases) hasta llegar al marxismo. Así, quién se quejaba de sus condiciones de trabajo o vida, lo hacía por resentimiento social.
A todo esto, estoy leyendo el libro de Ricard Vinyes, Irredentas, muy interesante a la par que explicativo. Por lo tanto, algún día quizás caiga una continuación del tema, del que hoy solo se han hecho un par de pinceladas.
Después del primero de Abril siguieron cuarenta largos y oscuros años de dictadura en nuestro país, en que se acalló la situación de la represión, cosa que
Por todo ello, porque estos hechos no son reconocidos, creo imprescindible una Ley de la Memoria Histórica.
El Partido Popular (y los satélites mediáticos situados a su derecha), que no ha condenado NADA de lo anterior no condenando la dictadura franquista, acusa a la izquierda de “querer reabrir las heridas del pasado” o gilipolleces de esta índole cuando es evidente que, claro está, estas heridas fueron cerradas de mala manera, enterradas en las cunetas próximas a la tapia trasera de muchos cementerios, por el franquismo y, claro está, los mismos sectores sociales que tanto apoyo dieron al régimen (la Iglesia la primera) se resisten a que estas heridas sean aireadas y curadas.
Y que no me vengan a mi con aquellas de “¿Y los otros qué?” porqué, en primer lugar, las magnitudes ni las condiciones no fueron, ni por asomo, las mismas. Además, aparte de que los sublevados han gozado de cuatro décadas de incesante homenaje, nadie ha afirmado que en la república (por algunos sectores extremistas, y especialmente después del golpe militar) no se hayan cometido hechos que no debieran.