(extret d'El Inmundo)
M. J. N.
La polémica y los desacuerdos no dejan de salpicar al proyecto del nuevo Espacio Europeo de Educación Superior. Arquitectura, Ingeniería Industrial y ahora Derecho ponen de manifiesto sus dudas sobre los beneficios que les puede aportar este cambio.
Las últimas Jornadas de Escuelas de Práctica Jurídica celebradas hace unos días en Bilbao fueron el escenario donde abogados de toda España se cuestionaron la conveniencia de la adaptación a Bolonia. Sin duda, el hecho de que países de primera línea como Alemania, Italia y Reino Unido tomen la decisión de no seguir con esta adaptación en la titulación de Derecho ha causado mella, y los profesionales reflexionan ahora si deberíamos seguir estos pasos en nuestro país.
Pero, ¿por qué se aparta Reino Unido de un proceso que iguala el resto de títulos europeos al modelo que ellos ya siguen? De momento todo son dudas. Fuentes del Consejo General de la Abogacía Española (CGAE) en Bruselas aclaran que "la base de este proceso es un acuerdo de los ministros de Educación, y, por lo tanto, no es un proceso de obligado cumplimiento". "Probablemente las universidades de estos países hayan considerado que el proceso de convergencia europea condiciona negativamente el desarrollo de sus titulaciones nacionales".
Sin embargo, la decisión de estos países no sólo afecta a su titulación a nivel nacional, sino que impide el cumplimiento de uno de los principios que impulsan la convergencia europea: la garantía de movilidad de estudiantes y graduados en toda Europa. "En aquellos países que opten por la vía de no inclusión, los licenciados deberán seguir pasando por la 'ventanilla de cambio' para adaptar sus titulaciones", explican desde el CGAE.
Para las fuentes de la delegación española ante el Consejo de la Abogacía Europea, esta crisis pone al descubierto que existe "falta de compromiso" y, en algunos Estados miembros, "ciertas lagunas de comunicación entre el mundo académico y la Administración estatal".
El camino que recorrerán estos tres países está aún por desvelar. Desde el CGAE aseguran que "es muy probable que se conviertan en observadores del modelo de implantación" esperando resultados que les indiquen si deben incorporarse al nuevo Espacio de Educación Superior.
M. J. N.
La polémica y los desacuerdos no dejan de salpicar al proyecto del nuevo Espacio Europeo de Educación Superior. Arquitectura, Ingeniería Industrial y ahora Derecho ponen de manifiesto sus dudas sobre los beneficios que les puede aportar este cambio.
Las últimas Jornadas de Escuelas de Práctica Jurídica celebradas hace unos días en Bilbao fueron el escenario donde abogados de toda España se cuestionaron la conveniencia de la adaptación a Bolonia. Sin duda, el hecho de que países de primera línea como Alemania, Italia y Reino Unido tomen la decisión de no seguir con esta adaptación en la titulación de Derecho ha causado mella, y los profesionales reflexionan ahora si deberíamos seguir estos pasos en nuestro país.
Pero, ¿por qué se aparta Reino Unido de un proceso que iguala el resto de títulos europeos al modelo que ellos ya siguen? De momento todo son dudas. Fuentes del Consejo General de la Abogacía Española (CGAE) en Bruselas aclaran que "la base de este proceso es un acuerdo de los ministros de Educación, y, por lo tanto, no es un proceso de obligado cumplimiento". "Probablemente las universidades de estos países hayan considerado que el proceso de convergencia europea condiciona negativamente el desarrollo de sus titulaciones nacionales".
Sin embargo, la decisión de estos países no sólo afecta a su titulación a nivel nacional, sino que impide el cumplimiento de uno de los principios que impulsan la convergencia europea: la garantía de movilidad de estudiantes y graduados en toda Europa. "En aquellos países que opten por la vía de no inclusión, los licenciados deberán seguir pasando por la 'ventanilla de cambio' para adaptar sus titulaciones", explican desde el CGAE.
Para las fuentes de la delegación española ante el Consejo de la Abogacía Europea, esta crisis pone al descubierto que existe "falta de compromiso" y, en algunos Estados miembros, "ciertas lagunas de comunicación entre el mundo académico y la Administración estatal".
El camino que recorrerán estos tres países está aún por desvelar. Desde el CGAE aseguran que "es muy probable que se conviertan en observadores del modelo de implantación" esperando resultados que les indiquen si deben incorporarse al nuevo Espacio de Educación Superior.
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